Los colombianos, y también los bolivianos con Evo Morales como abanderado, han comenzado una cruzada para dar una “salida saludable”a la hoja de la coca fabricando pomadas para el reuma y la artritis, jabones, bebidas energéticas, galletas... Pero, salvo el mate de coca, el mercado es muy minoritario, casi anecdótico. Nada comparable con el dineral que genera la hoja convertida en droga. Lo mismo ocurre con la planta del cáñamo, de donde sale el cannabis, pero también otras muchas cosas, como alfombras o telas para confeccionar vestidos.
La hoja de coca la utilizaban los incas en celebraciones religiosas y hoy, convertida en cocaína, es una de las drogas más dañinas y más consumidas por los españoles. Comparable al tabaco y a las bebidas alcohólicas, aunque éstas son legales. Como la mayoría de las drogas, en un principio la cocaína se empleó en medicina con fines terapéuticos por sus propiedades anestésicas, y más tarde para la desintoxicación de heroinómanos, pero ése es otro cantar.“El resto de los efectos son tan negativos que por eso no se utiliza en los estudios médicos occidentales”, comenta el doctor Juan Carlos Leza, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense.
Una cosa es la cocaína, la marihuana o la heroína, y otra cosa los productos parecidos a los que derivan de esas plantas que pudieran tener indicaciones terapéuticas. En el caso de las plantas del opio hay muchísimas y fantásticas, según indica Juan Carlos Leza. “Si no fuera por los opiáceos la medicina estaría mucho más atrasada de lo que está”. Pueden utilizar- se para reducir el dolor quirúrgico, edemas pulmonares, tuberculosis, tratamientos de desintoxicación, como es el caso de la metadona. De todos ellos, la morfina es el principal alcaloide (derivado) del opio. Es, según el doctor César Pascual, vicepresidente del Colegio Iberoamericano de Trastornos Adictivos y coautor del libro Dudas y aclaraciones en drogas de síntesis (Ed. Ars Médica) “uno de los analgésicos de referencia”. La codeína, también. Es un calmante similar a la morfina, pero mucho menos potente y con pequeños efectos sedantes. Tiene menos riesgo de dependencia.
Debate
Cada vez son más las personas que reivindican el consumo de la marihuana –producto obtenido a partir del cannabis– para mitigar el dolor que produce los efectos de la quimioterapia en los pacientes con cáncer. “Está muy en discusión la posible utilización del cannabis para un tipo de terapia del dolor, pero está en una etapa preliminar. Los ensayos y los estudios que se están haciendo son todavía muy preliminares, no hay resultados que lo avalen –comenta César Pascual–. Se necesitan todavía ensayos más largos y comparativos. Algunos tienen limitaciones metodológicas claras, pero el camino es largo”. A Elena Pascual, una profesora de Enseñanza Media, le diagnosticaron un cáncer de mama en avanzado estado. Se sometió a quimioterapia y no dudó en recurrir a la marihuana para llevar con menos sufrimiento una situación a todas luces grave.“Me vino fenomenal, me relajaba y hacía que me evadiera de la situación. No puedo decir nada malo de esa experiencia”.
Debate
Las drogas de diseño no son fármacos. Aunque en el mercado ilegal es posible encontrar fármacos con efectos estimulantes y alucinógenos, lo cierto es que la síntesis de este tipo de sustancias es clandestina. Muchas de estas drogas en algún momento tuvieron una indicación terapéutica. Pueden ser medicamentos que se desvían al mercado negro o fármacos que se sintetizan ilegalmente en laboratorios clandestinos. Se las conoce como “drogas inteligentes”.“La quetamina se utiliza en anestesia, lo que pasa es que luego se desvía a un mercado ilícito y se vende con nombres diversos, como Special- K”, comenta Pascual.
El tabaco es la única droga que no tiene ningún tipo de utilidad, aunque en la medicina herbolaria se usa contra la sarna, dolores reumáticos y ciertas afecciones nerviosas. “Así como con el cannabis hay detalles que sugieren en un futuro una utilidad, con el tabaco, no se vislumbra nada”, afirma Pascual.“Existen otros muchos fármacos, los antipsicóticos y los antidepresivos, que también se desvían al mercado negro. Las benzoacepinas, las pastillas para dormir, tienen una clara utilidad terapéutica y han sido diseñadas con esa utilidad. Luego se desvían al mercado negro y la gente lo utiliza para otras cosas. Una sustancia es un medicamento en el momento en que está recetada por un médico y bajo controles farmacéuticos, pero esa misma sustancia es una droga cuando uno se la automedica, la consigue fuera del mercado habitual. Esa sustancia pasa a entonces tener la consideración de droga”.
La cafeína es una droga que no lo parece y su uso es terapéutico. Está recomendada para contrarrestar la fatiga, la migraña y otros tipos de cefalea.
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